Gracias
al fenómeno de esparcimiento de la luz las gotitas de agua y/o los cristalitos de hielo que forman las nubes
se tornan visibles, ya que si las gotitas de rocío como las que podemos
observar en la fotografía son transparentes, las nubes
casi no llegarían a verse, puesto que además el tamaño de las gotitas que
forman las nubes es muchísimo menor que el de las gotas de rocío.
El
esparcimiento de la luz se produce cuando un rayo de luz se topa con partículas
muy pequeñas (o con superficies formadas por estructuras muy tenues), como
muestra la imagen de los vilanos del cardo, que esparcen la luz del Sol y, de
este modo, parecen brillar por sí mismos, formándose así una luminosidad
inesperada. La luz se desvía en distintas direcciones y las partículas se
tornan visibles para nosotros contra la fuente de luz.
En el
caso de las nubes, tenemos muchas partículas en las que se produce este
fenómeno por lo que da la sensación de que hay una superficie brillante
continua. Es decir, que las nubes son acumulaciones enormes de minúsculas
gotitas de agua o cristalitos de hielo que se tornan visibles gracias al esparcimiento
de la luz solar.
En estas
fotografías se pueden observar muy bien los rayos de luz solar gracias al fenómeno de esparcimiento de la luz.
1 de mayo de 2013 a las 18:16h, Madrid |
9 de junio de 2013 a las 19:50h, Madrid |
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